VI El viajero que vuelve sobre sus pasos.
Ya no puedo fabricar más esperanza,
de tus labios rojos volaron palabras negras
que dejaron en mi interior un blanco vacío.
Dejaste un cementerio sin almas
encerrado con la llave del recuerdo
en mi corazón.
Tus palabras negras de despedida
emblanquecieron de soledad
un alma que antaño,
fue tan blanca
y, que sin quererlo,
pensó por un instante
que la vida tenía más color,
que el negro y el blanco.
Ya no puedo fabricar más esperanza,
de tus labios rojos volaron palabras negras
que dejaron en mi interior un blanco vacío.
Dejaste un cementerio sin almas
encerrado con la llave del recuerdo
en mi corazón.
Tus palabras negras de despedida
emblanquecieron de soledad
un alma que antaño,
fue tan blanca
y, que sin quererlo,
pensó por un instante
que la vida tenía más color,
que el negro y el blanco.
VII
Ah, silencio,
te han escrito tantas veces
y no has respondido nunca,
mas yo te llamo,
pues quiero escuchar
lo imposible,
pues quiero hablar
un segundo
con la muerte,
para escupirle a la cara
y saborear así la vida.
te han escrito tantas veces
y no has respondido nunca,
mas yo te llamo,
pues quiero escuchar
lo imposible,
pues quiero hablar
un segundo
con la muerte,
para escupirle a la cara
y saborear así la vida.
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